viernes, 3 de septiembre de 2010

“Tenés que hacer el duelo”

Foto: Colonia, Uruguay, 2016. Nora Spatola

Puede ocurrir que, en ocasiones particulares de la vida, alguien nos diga o recomiende: “tenés que hacer el duelo”. ¿Qué quiere decir esto o cómo lo pensamos desde el Psicoanálisis a partir de su fundador Sigmund Freud?


El trabajo del duelo
Se dice que, ante una pérdida, es necesario atravesar el proceso o trabajo de duelo. En principio vale explicitar que duelo remite a dolor. Y en este contexto se trata de elaborar el dolor por lo perdido, ya sea por una persona amada, un vínculo preciado, un ideal, un objeto muy valorado o algo con lo que se ha entramado una relación afectiva o trascendente cuya pérdida implica una conmoción o dolor ineludible.
Por ello el esfuerzo, el costoso trabajo, será poder dar lugar a esa pérdida y a los sentimientos que ello pueda ocasionar: tristeza, extrañamiento, incertidumbre, sensación de vacío, desgano. Durante el tiempo del duelo se produce cierta inhibición respecto de otros intereses o relaciones, ya que la libido (energía vital, deseo sexual, impulso y raíz de las vastas manifestaciones psíquicas) se retrae y queda abocada a dicha labor del duelo. Claro que no resulta un proceso grato de atravesar, pero también es parte de la vida y se condice con la importancia que ha tenido la persona, el ideal u objeto perdido. El trabajo de duelo implicará poder entender qué se perdió, qué significa para cada uno esa pérdida. Implicará poder encontrarse con esa ausencia que la realidad nos muestra, sabiendo también que hay otras vivencias que puede ofrecernos esta realidad. Será necesario desligar una a una las satisfacciones que lo perdido otorgaba, dando el tiempo necesario para eso y para la llegada de otras posibles satisfacciones. Si estas condiciones se van cumpliendo a un tiempo razonable, podrá decirse que el proceso de duelo se desarrolla saludablemente.
La Melancolía
También puede darse lo que llamamos melancolía o duelo patológico, que puede ocurrir a personas con alguna predisposición de su estructura psíquica y narcisista, cuando no se puede reconocer qué se ha perdido con la pérdida. Se produce una identificación del Yo con el objeto perdido entrando en conflicto por la ambivalencia amor-odio frente al objeto, como un modo patológico de reacción que niega la pérdida. Debido a este complejo mecanismo, la instancia psíquica del Yo pasa a ser tratada como objeto pero recibiendo auto-reproche y menosprecio por no ser el objeto amado.
Elaborar el duelo
Para transitar el trabajo del duelo es importante dar el tiempo que ayude a procesar la pérdida y ser paciente para atravesarlo. El modo de desprenderse de lo querido responde a características particulares en cada persona: entendiendo este despegue en lo cotidiano, al notar la ausencia en cada lugar y momento, viviéndola en el cuerpo y aceptando la realidad. Pero también haciendo propias las experiencias y aprendizajes compartidos, dejando que los recuerdos se amalgamen en la memoria que forja identidad. Enriqueciendo la vida con lo vivido. Y dando lugar a la elaboración necesaria que habilite a seguir con lo que se tiene y con lo que es posible construir.

Lic. Nora C. Spatola
Psicóloga UBA
M.Nº 32038

martes, 31 de agosto de 2010

¿Por qué un taller de juegos?

A partir del trabajo con niños pensamos que es imprescindible para el desarrollo sano de su personalidad contar con momentos de juego. Mediante el mismo los niños elaboran situaciones, estimulan la resolución de problemas, la sociabilización, etc. El juego es la forma en que los niños aprenden, llegan a conocer y comprender el mundo que los rodea y la forma en que ellos interactúan con él.

Cuando un niño juega se ponen en escena aspectos socio-culturales, cognitivos, simbólicos y neurológicos. Cuando un sujeto está jugando no sólo se recrea, sino también, proyecta su campo simbólico, piensa y soluciona problemas cognitivos que se le van presentando en la acción de jugar.
“… Si pensamos que aprender es producir cambios y transformaciones a partir de conflictos cognitivos que se presentan en el proceso de apropiación, ¿por qué no podemos pensar que cuando el niño juega aprende y pone en juego las mismas variables que utiliza cuando tiene que lograr un producto en la sistematización del aprendizaje?…”
Los niños en sus juegos repiten aquello que en su vida les ha causado una impresión intensa. El niño pasa de esta manera de la pasividad del suceso a la actividad del juego. El psicoanálisis nos permite abordar la dimensión simbólico-deseante del jugar, por la cual el niño proyecta sus fantasías inconcientes y efectúa la elaboración psíquica de determinada situación.

Nuestro modo de trabajar se basa en la creación de un taller de juegos para grupos de niños de edades similares. En él se les brindará la posibilidad de divertirse, aprender, relajarse y estimular su creatividad a partir del juego compartido. El taller constará de encuentros semanales y se desarrollará en forma grupal coordinado por profesionales especializadas en el trabajo con niños.


Mariana I. Gil
Psicopedagoga

¿De qué hablamos los psicopedagogos?

La psicopedagogía tiene por objeto de estudio al sujeto en situación de aprendizaje, cuando hablamos de “sujeto” nos referimos a niños, adolescentes y adultos, ya que las dificultades del aprendizaje no son privativas de los niños escolares. Se trata de una disciplina en la que confluyen varios aspectos: lo biológico, lo psicológico, lo social y también lo pedagógico o educacional. Implica una síntesis, ya que considera a los sujetos como seres bio-psico-sociales, teniendo en cuenta su mundo psíquico, individual y grupal, en relación al aprendizaje y a los sistemas y procesos educativos.

Podríamos decir que la psicopedagogía se ocupa de las características generales de todo aprendizaje y sus alteraciones. Vale decir que las preguntas sobre las cuáles gira el trabajo de los psicopedagogos son: ¿Cómo se aprende?, ¿Cómo varían las modalidades de aprendizaje evolutivamente? ¿Qué factores favorecen y cuáles obstaculizan los nuevos aprendizajes? y también ¿Cómo promover procesos de aprendizaje que tengan sentido para los sujetos?

El aprendizaje tiene que ver con la inserción de cada persona en el mundo de la cultura y de lo simbólico, por el cual el ser humano adquiere un sentido. Mediante el aprendizaje cada ser humano se incorpora a ese mundo cultural con una participación activa, al apropiarse de conocimientos y de técnicas, construyendo en su interioridad el universo de representaciones simbólicas, que por otra parte le trascienden.

Los instrumentos para llevar a cabo el quehacer psicopedagógico serán las entrevistas operativas y diversas técnicas auxiliares, en un espacio físico apto, con tiempo suficiente y una frecuencia acorde con la tarea (diagnóstico, tratamiento, orientación a padres) que proponga consignas flexibles para favorecer el discurso del paciente. El mismo será interpretado por el profesional desde la perspectiva del aprendizaje, con intervenciones que tomen en cuenta la demanda del sujeto y la puesta en circulación de sus deseos de aprender.

Lo característico de la psicopedagogía es realizar una tarea, mediante la cual se pone en evidencia los obstáculos para el aprendizaje y se mueven los sistemas personales o grupales que llevan a elaborar y en lo posible a resolver esos obstáculos. La tarea clínica le sirve al sujeto para realizar un meta-aprendizaje, es decir, un saber-aprender, desarrollando la disposición para aprender, para seguir aprendiendo mas allá de la educación formal y de la asistencia psicopedagógica.

Adriana C. Buich
Psicopedagoga

jueves, 26 de agosto de 2010

¿A qué jugamos? TALLER DE JUEGOS

Actividades lúdicas, narrativas y expresivas. Construcción de títeres, dramatizaciones, cuentos, juegos reglados, didácticos, creativos, y mucho más. Para niños de 3 a 12 años. Día lunes de 16 a 17.30... y ¡AHORA LOS SÁBADOS!

Comuníquense para recibir más información.

miércoles, 17 de marzo de 2010

"Abanico" TALLER DE ARTE Y MÚSICA PARA NIÑOS

Música, construcción de instrumentos, plástica,expresión corporal, juegos.
Grupos por edades, los días viernes de 16 a 17.30 para los más chiquitos y de 18 a 20 para niños desde los 7 años. Comuníquense para recibir más información.