domingo, 16 de octubre de 2022

De la visita al consultorio a la cita virtual.

Nuestro ejercicio profesional ha sufrido cambios durante la pandemia. En el período de aislamiento, la visita al consultorio se ha transformado en una cita virtual. Las redes sociales fueron un soporte fundamental en la cuarentena y las nuevas tecnologías, nuestras aliadas; sin olvidar otras tantas consecuencias penosas que dejó la pandemia. 

En su mayoría, las sesiones de atención privada aún se realizan con esta modalidad, que llegó para quedarse. Lo que era excepción o se desacreditaba, se convirtió en regla, pasó de ser un recurso de emergencia a un recurso ganado, ampliando así la atención psicológica más allá de cualquier distancia.

Estos chistes nos muestran algo que la virtualidad ha acotado a nuestra actividad: la transferencia positiva en su vertiente amorosa. Habría que estudiar, con los testimonios de la clínica, cómo se vive ahora la puesta del cuerpo tras la pantalla, qué otras formas toma la presencia, qué se conquista, qué escenarios se transportan o se dejan ver, cuánto se pierde y gana por fuera de lo mensurable de la virtualidad. 

En mi experiencia reconozco un recurso valioso: la posibilidad de la circulación del pensamiento y la palabra, en un espacio que preserva la intimidad y la profundidad de la sesión psicoterapéutica, con la satisfacción de poder desarrollar la labor analítica a pesar de las dificultades, acompañando y trabajando para que cada persona pueda crear sus condiciones de bienestar. 

 Lic. Nora Spatola