![]() |
Foto: Positano, Italia, 2013. Nora Spatola |
De acuerdo a su irrupción, el lapsus o acto fallido
se entiende como una aparición involuntaria de un deseo no admitido, dando
cuenta así de su impulso inconciente. En el Diccionario de Psicoanálisis de
Laplanche y Pontalis leemos "...Freud demostró que los actos fallidos son,
como los síntomas, formaciones de compromiso entre la intención consciente y lo
reprimido".
Para esta paciente, por su biografía y situación
personal, su fallido no quiere decir precisamente que en verdad ella ama a
Juan, o que mantiene con Pedro una relación indeseada. Veamos por qué. En ella,
estaba latente el recuerdo de Juan por haberlo mencionado recientemente en
relación a eventos hostiles de cuando eran pareja. Él fue alguien con quien
mantuvo una relación de peso, tuvieron un hijo juntos, pero no pudieron
construir un lugar querido. Sus relatos denotan dolores no elaborados y, aunque
siguen vinculados por temas referidos al hijo, no tienen siquiera la
comunicación mínima necesaria, ni él asume la función paterna.
"¡Veníamos tan bien! ¿Cómo me salió ese
nombre?" se cuestionaba, perpleja.
"Tan bien" que ni ella lo podía creer. El lapsus se presenta
revelando que la vivencia amorosa es algo que no puede ser vivido sin escollos.
Muestra el deseo y parte de una verdad: dada su historia, signada a partir de
la hostilidad en el vínculo primario, reitera y expone la dificultad para que
el amor ocupe el lugar suficiente. Este lapsus, como suele ocurrir, no muestra
un deseo de forma literal, espera al próximo pujo para develarse. Tal vez, como
se insinuó en otras sesiones, ella fantasea con tener otro hijo. O quizás, aún
con sus tropiezos, evidencia sus ansias de que el vínculo funcione, de tener
esa ilusión y engendrar un deseo.
Lic. Nora Spatola
#psicoanalisis #psicoterapia #deseo #psicologia #consultasonline #presencial