martes, 19 de enero de 2021

"Situación de público conocimiento"

Foto: En casa, inicios de 2021, Nora Spatola

Al cabo de varios meses somos capaces de aislarnos, sanitizarnos, aceptar nuevas reglas al salir de casa. ¿Con qué facilidad o con cuánto esfuerzo nos adaptamos? Acostumbrándonos, avizoramos la flexibilización ansiada y, cuando parece que nos libramos de la excepción, no, hay que volver atrás con las restricciones. Calor, carencia o cansancio mediante, ahora parece ser más difícil sostener las medidas de prevención al modo de la rigidez inicial.

¿Cómo apropiarnos del límite como modo de cuidado? ¿Cómo solventarlo sin descuido de otros aspectos socioafectivos saludables? ¿Cómo se atraviesa una crisis tan inconmensurable? Lo social, lo económico, lo laboral, lo afectivo, la salud, siguen en un paréntesis incierto.
Ya no se habla tanto de los efectos psicológicos en la pandemia, pero los condicionamientos no dejan de erosionar las voluntades.
Es admirable que en este contexto social mundial alguien tenga muchas ganas de algo, más aún si su acción o proyecto contribuye al bienestar de otras personas. Nos hace falta pensar, decidir, dar lugar, retornar, crear.
Ansiamos recuperar la libertad plena para poder hacer, viajar, abrazar… La resistencia a seguir resignando lo deseado se presenta potente, hacia adentro o hacia afuera, ¿cómo darle curso? Aunque tal vez sea un deseo idealizado ya que, durante este tiempo, mucha de la fuerza del deseo está maltrecha, conmovida por tanto que nos rodea. Su falta nos afecta en lo anímico, sobre todo si se han deteriorado considerablemente los ordenadores cotidianos, las relaciones de sostén, las curvas de ansiedad.
Hay necesidades subjetivas de reafirmar o reinventar (¿...qué cosa?), pero el reservorio energético carece de combustible. Se necesitan dadores de plasma.
El horizonte se ve difuso. Parafraseando y reafirmando al maestro Sigmund, recientemente citado por un colega, “No existe ningún punto de partida si no se sabe bien a dónde ir”, más allá de la puja inconsciente que marea ese saber, ¿se puede proyectar o pensar a dónde ir andando sobre cuerdas flojas? Hoy resulta clave mirar el punto de partida, buscar el equilibrio desde donde nos posicionamos en este devenir. Y volver a admitir que no somos amos en nuestra propia casa.

Lic. Nora Spatola